jueves, 29 de julio de 2010



Artículo de Opinión

Publicado por los participantes de la Especialización en Docencia Universitaria, Área de Postgrado de la UNERG, Núcleo Valle de la Pascua.

Materia: Educación, Ética y Comunidad
Facilitadora: Msc. Mayte de Salazar
Participantes: Lic.YASMIN ALONZO, Abog. PABLO ÁLVAREZ, Abog. LISSETH ESTANGA, Lic. YINNELLY ISTÚRIZ y Odont. MAGDYFE MARTIN


FORMACIÓN EDUCATIVA EN EL PROCESO DE INTEGRACIÓN
Cuando se habla de integración, por lo general se habla de integración desde el punto de vista social. La integración social es un proceso dinámico y multifactorial que supone que personas o grupos de personas que se encuentra en diferentes grupos sociales se reúnan con un mismo objetivo. La integración siempre supone el esfuerzo coordinado, la planificación conjunta y la convivencia pacífica entre los sectores que conforman el grupo, esa es la única forma donde las partes pueden constituir un todo, aún sin perder su individualidad. Ahora bien en cuanto a la educación, ambos términos se conjugan, pero no es un tema tan sencillo como pareciera, porque no consiste sólo en buscar las formas de integrar a niños y jóvenes con necesidades especiales o de estratos sociales muy bajos al sistema educativo formal, ya que estos son sólo aspectos de lo que comprende el proceso de integración; hablar de integración educativa es ir más allá de nuestros límites geográficos, consiste en buscar dentro de la diversidad cultural y étnica un proceso educativo igualitario y único. Pero para concretar el éxito de la integración educativa como un proceso de transformación profunda y dinámica, es preciso difundirla en todos los ámbitos y diferentes niveles, es decir en lo económico, cultural y social. Esta tarea es necesaria encararla no solo en el ámbito nacional que debe incluir como en efecto se ha efectuado en la educación básica y diversificada, sino que también debe extenderse a la educación superior, buscando la unificación e integración de todos los pensum de estudios en las diversas universidades nacionales y en el mismo orden de ideas debe ser visto el sistema educativo internacional o latinoamericano. Indudablemente la tarea no es fácil, pero es necesario modificar las estructuras de las relaciones internacionales y los esquemas de pensamientos fuertemente arraigados en cada alma mater y en cada región del continente latinoamericano. La idea de la integración gira en principio a que tomemos conciencia de la importancia de la educación y realización personal actual y futura para todos por igual y en segundo término se habrá dado un gran paso cuando cada ciudadano latinoamericano tome conciencia de la importancia y la necesidad de estrechar vínculos e intercambiar conocimientos con otros países de su región, como por ejemplo se suscribió el Convenio Andrés Bello (1970), según el cual se realizarían esfuerzos conjuntos en los campos de educación, ciencia y cultura, utilizando como instrumentos para el logro de sus objetivos la armonización de los sistemas educativos y la acción conjunta en materia de estudios, adopción de textos escolares comunes, revalidación de títulos universitarios, entre los aspectos más significativos. Finalmente la idea de la integración educativa debe ser y es una preocupación a nivel mundial, donde se han hecho algunos avances, pero sin embargo han sido insuficientes, por lo que debemos seguir haciendo esfuerzos como país y con el resto de la comunidad latinoamericana para fomentar el intercambio de conocimiento con las posibilidades que brinda la integración educativa
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